En la República Bolivariana de
Venezuela se trabaja arduamente por cumplir ambiciosos planes de
construcciones de interés social. FENAVIP, el histórico
socio colombiano de la red EcoSur se ha involucrado en varias zonas
del país, y como de costumbre, emplea una amplia gama de
EcoMateriales.
Por Kurt Rhyner
Después de luchar
con interminables colas de automóviles al llegar y cruzar por
Caracas, el equipo de especialistas
de EcoSur avanzó por buenas carreteras hacia el centro
del país, específicamente a los municipios de Tejerías
y Guacara. Todo le parece caro aquí a cualquier visitante de
América Latina, con excepción de la gasolina, que
cuesta menos que una botella de agua para beber… el litro de ese
combustible vale ¡unos cuatro centavos de dólar!
Durante el viaje, nos acompañó Hernán Laverde, quien acumula una larga trayectoria en la dirección de talleres de EcoMateriales; quizás sea el hombre que ha fabricado más tejas de microconcreto desde que los colegas del CECAT introdujeron esta tecnología en Colombia, hace unos doce años. Se cuentan por miles las viviendas techadas con TMC en aquel país, e igual cantidad han utilizado los entrepisos desarrollados por FENAVIP.
Las obras de FENAVIP sobresalen por tres aspectos:
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La organización social como base de un desarrollo sostenible a largo plazo.
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Diseños arquitectónicos agradables y eficientes.
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Eficiencia en la producción de los elementos y viviendas.
En Tejerías encontramos un taller bien organizado, donde fabrican planchas de entrepisos y tejas de microconcreto; a la par, están levantando las primeras casas de un asentamiento de 22. Se trata de un proyecto comunitario, una especie de cooperativa de producción con familias que vienen de situaciones de alto riesgo. Las casas son de 79 m2 y dos pisos. Una construcción sólida y bien lograda, que en cualquier país de Centroamérica sería una vivienda bien cotizada de clase media.
El taller funciona con cuatro equipos y 1 400 moldes. Cuatro mujeres están fabricando las tejas. A tres semanas de haber comenzado, ya producen 300 por día y Hernán confía en que dentro de poco llegarán a la media de 350 diarias cada una. Dos hombres se ocupan de preparar la mezcla, desencofrar los moldes y colocar las tejas en los tanques. Para facilitar este trabajo han desarrollado una carreta y una innovadora paleta metálica debajo del primer molde.
El taller luce bien, es pequeño y funcional, no se hace ningún paso de más, y las tejas son de alta calidad. Seguramente, será candidato a Taller de Mejor Práctica, si logra mantener este nivel.
En el municipio de Guacara no han comenzado todavía a edificar viviendas. Aquí el programa será diferente, pues FENAVIP introduce su vasta experiencia en la concepción de la cooperativa de viviendas, un plan totalmente sostenible, como se conoce de la cooperativa “CREAR” manejada por ellos en Colombia. En una entrevista con el alcalde municipal se fortaleció la idea que veníamos discutiendo en el auto, de crear en Guacara una escuela de capacitación en EcoMateriales, y establecer aquí el centro de control de calidad de la TMC y otros EcoMateriales.
La ciudad de Guacara se convertirá en el centro de la tecnología, con el apoyo técnico de FENAVIP y de la red EcoSur, y también ofrecerá un servicio total al cliente, incluida la venta de equipos. Esperamos poner en práctica este plan dentro de poco, pues la demanda de materiales de construcción existente en Venezuela es enorme.