En el entorno de la Plaza Central de la ciudad de Santa Clara —el
parque “Leoncio Vidal”—, el viajero queda gratamente impresionado por
el abigarrado conjunto de estanquillos para la venta de flores de las
más variadas especies, aromas y colores. Los vendedores aparecen muy
temprano en la mañana y permanecen allí todo el día. Rosas, mariposas,
margaritas japonesas y gladiolos contrastan entre sí por la belleza de
sus colores y su aroma, la vez que satisfacen las necesidades de una
población acostumbrada a comprar una flor o un ramo, bien para su
propio disfrute o para hacer un delicado regalo.