“Desafió de una utopía, una estrategia integral para la
gestión de salvaguarda de la Habana Vieja” es el titulo de un libro que
trata sobre la restauración de la Habana Vieja. Una escuela para
jóvenes restauradores juega un papel clave dentro de esta estrategia.
Ahí se preparan jóvenes para ejecutar las actividades de restauración
en la Habana Vieja, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad (UNESCO
1982). En sus dos años de estudio, aprenden la teoría y la practica en
restauración, y asumen los desafíos de la construcción con materiales y
herramientas no usuales hoy en día. Ellos aprenden los oficios de
albañilería, carpintería, pintura de obras, vidriería, cantería,
pintura mural, y yeso para la restauración de los edificios
deteriorados.
En el mismo casco histórico de La Habana Vieja está
ubicado el Centro de Capacitación para Jóvenes Restauradores. La
Escuela-Taller “Gaspar Melchor de Jovellanos” forma jóvenes en los
oficios de albañilería, carpintería, pintura de obras, vidriería,
cantería, pintura mural y yeso para la restauración de los edificios
deteriorados. “Desafío de una utopía, una estrategia integral para la
gestión de salvaguarda de la Habana Vieja” es el titulo de un libro que
trata sobre la restauración de la Habana Vieja. La escuela juega un
papel clave dentro de esta estrategia; desde su fundación en 1992, ha
ocupada varios edificios y actualmente se encuentra en la Calle
Teniente Rey No. 15. En la rama de albañilería, por ejemplo, participan en la
rehabilitación de monumentos, desmonte y colocación de vigas,
construcción de paredes de ladrillos, bloques, mampostería, colocación
de pisos, azulejos y soldaduras. Ejecutan revestimientos, construyen
las cornisas, molduras y resaltos, y las terrajas para elaborarlas.
Además, se familiarizan con la interpretación de planos y proyectos
arquitectónicos, construyen encofrados para elementos estructurales,
así como elaboran y colocan mallas de acero para este fin. El director de la escuela subraya que la mayoría de los jóvenes provienen de la propia Habana Vieja; son mujeres y hombres entre 18 y 21 años. A la par que restauran su barrio, los estudiantes aprenden oficios antiguos, además de aplicaciones históricas de oficios contemporáneos. | ![]() ![]() ![]() |
Los 100-120 estudiantes aprenden con profesores reconocidos en su
profesión, además de ofrecérseles posibilidades únicas de practicar en
sitios declarados Patrimonio de la Humanidad (UNESCO 1982).
Al mismo tiempo que se capacitan para trabajar en el proceso de
restauración, se preparan para practicar sus oficios en el mundo
moderno, con un nivel de destreza poco común hoy en
día.
El número de edificios renovados aumenta cada día y el centro histórico toma más y más un carácter que refleja la belleza de la arquitectura de los siglos pasados, incorporando el mundo moderno.