Foto: Solidar
Hace un año, EcoSur fue contratado para una consultoría para la ONG “Solidar” de Suiza para la reconstrucción luego del tifón “Yolanda” en Filipinas. “Reconstruir mejor” (Build back better) fue el tema principal para el diseño del proyecto. Las evaluaciones intermedias muestran que el proyecto está bien encaminado y los objetivos generales serán cumplidos. La calidad de la construcción es excelente, las casas son sólidas y tienen el toque de la arquitectura típica local pero con mejoras decisivas que las hacen más adaptables a los desastres.
Por Kurt Rhyner
“Yolanda” fue el tifón más fuerte de toda la historia de Asia y causó una destrucción masiva en algunas de las islas de Filipinas. A pocas semanas del evento, Solidar (www.solidar.ch) distribuyó kits de emergencia a 2,400 familias y llamó a un experto de EcoSur para diseñar la metodología para la reconstrucción. La mayor parte de las chozas de bambú en los sectores más pobres de la población fueron destruidos, pero también muchas de las casas sólidas sufrieron un daño considerable, especialmente las planchas metálicas del techo que fueron arrancadas por los fuertes vientos.
Cuando la comunidad internacional de donantes se retiró de Haití, las experiencias de la reconstrucción después del terremoto se evaluaron en varias conferencias del grupo de emergencias de UN Hábitat y la conclusión a la que se llegó fue “Nunca más refugios intermedios”. Los administradores de Solidar apoyaron este punto de vista y el experto de EcoSur buscó una vivienda permamente a bajo costo. Se presentó un diseño que combina el estilo de la arquitectura local con una alta resistencia a los sismos, vientos e inundaciones. La estructura principal debería durar 50 años. La estructura del techo y la cubierta deberían estar en buenas condiciones al menos por la mitad de ese tiempo y las paredes, puertas y ventanas deberían tener una duración mínima de 10 años. Los primeros bosquejos y dibujos 3D fueron hechos por los arquitectos de EcoSur en Nicaragua. Javier Gil, un ingeniero español del equipo de EcoSur en Haití, fue contratado por Solidar para dirigir el proyecto.
El proyecto de reconstrucción se aprobó en Junio de 2014 y en el primer año se han construido más de 400 casas sólidas y más de 500 familias han recibido ayuda para reparar o mejorar su vivienda. Una encuesta mostró que casi todos los beneficiarios están convencidos de que su casa nueva resistirá un tifón fuerte, como una madre de tres niños que dijo “esta casa estará aquí cuando yo me haya ido”. Un detalle importante para la satisfacción de los beneficiarios es el hecho de que se han incorporado a la vivienda detalles tradicionales, como las ventanas con antepecho, que proveen espacio de almacenamiento dentro de la casa. Todas las conexiones de bambú se amarraron con nylon de pesca. Las casas son frescas porque se generan vientos cruzados por los tejidos de bambú de las ventanas y por las tiras verticales en las paredes.
El núcleo de la vivienda tiene buenos cimientos y una pared baja de bloques de concreto producidos localmente. Javier, el coordinador de proyecto, desarrolló un sistema para fijar los postes de bambú de manera que tengan una larga vida útil; igualmente, las paredes y la estructura del techo fueron diseñadas para soportar vientos fuertes. Se puede aseverar que la casa va a resistir los tifones de los siguientes 10 años.
No siempre es recomendable la construcción con bambú: muchas de las variedades de esta planta de crecimiento rápido tienen una vida útil corta. Hongos y termitas atacan mortalmente al bambú en menos de cinco años y, además, la preservación del bambú es difícil y cara. Sin embargo la gente del área del proyecto insistía en que las especies locales sirven 15 años y vimos estructuras de más de 20 años que resistieron al tifón. La gente de la zona no pone mucho esfuerzo en la preservación de la madera pero Javier aplica el método más simple que es pintar con keroseno el bambú, algo que puede ser hecho fácilmente por los beneficiarios en el futuro.
El proyecto se ejecuta en la region montañosa de Isla Panay, en lugares donde otras ONGs no van debido a su lejanía y dificultad de acceso. Algunos pueblos no tienen vías de acceso y los benficiarios deben transportar los materiales a lomo de búfalo, en motocicleta o en sus propias espaldas. El equipo técnico y el equipo social trabajaron juntos para decidir qué familia recibe qué tipo de ayuda, dependiendo de sus posibilidades y del tipo de daño que sufrió su casa por culpa de Yolanda. La mayor parte de ese trabajo se hizo a pie, yendo arriba y abajo por colinas empinadas y, cuando la temporada lluviosa empiece, será un trabajo más difícil aún.
El proyecto se desarrolla muy bien y en el próximo año se construirán más de 700 casas y se repararán otras 700. También se construirán 650 inodoros secos con espacio para ducha. No son solo los beneficiarios quienes están encantados con su nueva casa, sino también las visitas de parte de los donantes quienes expresan su admiración por el buen diseño de las viviendas y la implementación del proyecto.
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