El tercer domingo de febrero resultó distinto para los diez jóvenes de la cuarta promoción de estudiantes de educación dual en albañilería. Entusiasmados, todos se trasladaron hacia una comunidad de Jinotega, al norte de Nicaragua, con el objetivo de aprender sobre las técnicas de construcción con tierra cruda y compartir por una semana con los campesinos del lugar.
Después de serpentear la carretera norte y disfrutar del hermoso paisaje de las montañas, llegaron a Jinotega, donde los esperaban Mateu y Andrés, dos españoles amantes de la tierra, quienes serían los encargados de transmitir sus experiencias, específicamente con el sistema Cob (construcciones con tierra cruda estabilizada).
En la “La Quebrada”, comunidad campesina donde se levanta la primera de las dos viviendas de tierra, trabajaron en el vaciado del sobre cimiento con concreto pobre y en la colocación de ladrillos de barro para proteger las paredes de la humedad, y de esta forma preparar las bases para el Cob. Durante el descanso para el almuerzo, hubo charlas sobre el sistema, los componentes y proporciones de la mezcla (arcilla, arena y paja); forma y dimensiones de las paredes de Cob, de 0.50 m de ancho abajo hasta 0.40 m arriba; mantenimiento del plomo dentro de la vivienda, las formas de los vanos de puertas y ventanas (paraboloides), la relación entre el ancho de las paredes y su altura, donde se debe respetar la relación 1/6; formas corredizas de puertas y ventanas y el método a implementar para estas.
El llenado de la pila de 2 x 2m en capas resultó interesante. Primero, una base de arena, luego una de arcilla (en una relación de 40% de arcilla y 60% de arena), después la paja hasta cubrir la superficie, y suficiente agua. Se realizaron cinco camadas hasta cubrirla. Después de aproximadamente cinco horas, se procedió a “patear” la mezcla y fueron surgiendo los Cobs, los cuales fueron trasladados en carretilla y a mano hasta los muros de la vivienda.
En el lugar, se impartió una charla sobre la cal, y se pudieron apreciar las diferentes calidades de la misma, la importancia del apagado, la hidratación y sus aplicaciones. Posteriormente, comenzó el levantamiento de las paredes con la colocación del Cob. Se fueron sembrando piedras bolón para aumentar el volumen, las cuales van embebidas en la arcilla.
La división del trabajo ocurrió de manera espontánea: unos se ocuparon de la mezcla del barro y otros de colocar los ladrillos. Mientras se trasladaba el material necesario para estas actividades, un par de estudiantes colocaba el Cob, formando las paredes con sus propias manos, hasta culminar con la pila de mezcla. La organización espontánea y la participación grupal fueron los grandes logros de este taller práctico.
Se continuó con el llenado de la pila y el levantamiento de paredes de Cob. El avance se hizo notar al final de la jornada, gracias a que la tecnología aplicada era muy sencilla y se aprendía muy rápido, además de que los muchachos ya se han identificado con el sistema. El equipo contó con un albañil de experiencia, no obstante, el entusiasmo de Patricia y su hermanita de 12 años (ambas de la familia beneficiada), así como la dedicación de ambas al trabajo motivaron a todo el grupo. El intercambio entre los estudiantes y las familias campesinas de la zona representó una gran experiencia para estos jóvenes de la ciudad, quienes además del conocimiento técnico, pudieron ver la vida desde otro punto de vista, donde lo material no es lo más importante.
Al día siguiente se efectuó una exposición sobre repello con tierra y repello con cal, y se estudiaron las diferentes proporciones y sus componentes. En el repello con tierra existen variantes en las proporciones 8:1 - 5:3 y 6:2, que toman en cuenta la plasticidad de la mezcla. Esta es amasada durante ocho minutos aproximadamente, para obtener una contextura homogénea entre los elementos: arena, tierra (barro) y paja. En el repello con cal, por el contrario, se debe garantizar una relación de 1:3, es decir, una de cal, tres de arena, y toda la paja necesaria para una buena consistencia. Se utilizaron las paredes de una escuela rural para desarrollar las prácticas de esta actividad. El trabajo con tierra resultó muy interesante, considerando la textura y su color, además de que las mezclas se hicieron con las manos.
Uno de los objetivos de la educación dual es llevar la teoría a la práctica. En este contexto, el grupo de estudiantes tuvo la oportunidad de interactuar con el entorno rural, y palpar sus necesidades reales. Ellos pudieron hacer muros de Cob con sus propias manos, a partir de una breve explicación del sistema, y más aún, sintieron en carne propia la necesidad de aprender sistemas alternativos que no perjudiquen el medio ambiente, y que este sistema pueda integrar a las familias beneficiadas en la construcción de sus propias viviendas.
Después de cinco días de trabajo en equipo, aplicando el principio de “aprender haciendo”, se dio por concluido el primer taller práctico sobre tecnologías con tierra cruda. En él se afianzaron los conocimientos de construcción, pero más aún, se obtuvo el logro de introducir a diez jóvenes estudiantes de albañilería en el mundo de las aplicaciones de los ecomateriales y las tecnologías alternativas.